Antes de que el mundo fuera como lo conocemos, existió un Soberano conocido por su ilustre manejo del pensamiento. Desarrolló tal sabiduría que sólo el estar a su lado causaba estragos en cualquier ser viviente. Era capaz de formular ideas innovadoras y transmitirlas de manera sorprendente y sin problema alguno, los sabios de antaño aseguran que aquel rey era la última criatura con el don del METABRANDING.
A través de los siglos, diferentes civilizaciones intentaron recrear dicho poder. Los griegos con filosofía, los conquistadores con su ambición; y hasta los astrónomos y profetas buscaban obtener aquel preciado tesoro.
Durante la época del Oscurantismo, cerca de unas cuevas en tierras asiáticas -según el antiguo mapamundi-, fue encontrado un escrito en una antigua lengua: Branda, el dialecto que se utilizó por muchos para referirse al METABRANDING.
Durante los siglos IV al VI d. C., en la cultura bizantina surgió una nueva mentalidad que cambió la percepción de que el mundo era sostenido por los dioses, para apreciarlo como un inmenso motor gobernado por leyes cambiantes y mutables que el hombre no podía llegar a comprender. Fue esta corriente de pensamiento la que puso las bases del actual raciocinio, todo basado en textos Branda.
Según estas ideas, la sensibilidad de aquel gobernante se mantiene en esencia en cuerpo y alma de todo ser vivo en nuestro planeta. Después del Renacimiento, artistas e inventores trataron de aplicar las técnicas para realizar sus tareas. Se dice que el ingenio de Da Vinci, Einstein, Voltaire, Lumiere, así como la lucidez de van Gogh y hasta los pensamientos de Niels Bohr han sido fruto de estudios a conciencia del METABRANDING.
Hoy en día, teorías creadas después de amplias investigaciones nos demuestran que grandes líderes han desarrollado esta esencia milenaria que se encuentra en algunos seres humanos. Los descubrimientos son impresionantes, los individuos que tienen el don del METABRANDING son forjadores de ideas trascendentales en nuestra humanidad.